sábado, 19 de enero de 2008

Punto límite a los consejeros

Parece que los bebés llegan al mundo con una troupe de consejeros gratuitos (Que no solicitamos en ninguna bolsa de trabajo o de 0800-DECIMEQUEHACER) que dedican el tiempo que a veces no tienen a hacer docencia con cierto grado de ironía e hinchapelotez.

Comúnmente, las abuelas lideran el puesto número uno con comentarios como el de la leche finamente gasificada y otros tales como: ¿te lavaste las manos?, si no le pones talquito se te va a paspar…, tiene los pies fríos, tiene las manos calientes, no es muy pronto para que lo saques…?, ¿Y en colectivo vas a viajar?, ¿para qué le cambias el pañal si no hizo caca? O ¿No hace mucho que lo tiene puesto? etc, etc. Comentarios que, no siempre por su contenido, sino por su frecuencia y falta de dar lugar a la propia experiencia, a una sencillamente le colman la paciencia -ahora que ésta está 100% dedicada al niño.

Esta troupe la pueden integrar, además: otros familiares (cuanto más viejos, peor), vecinos (cuanto más familia Ingals peor), algunos amigos y viejas que se paran en la calle a mirar (aunque una no acuse recibo y las mire con cara de ¿Y a usted quien la conoce?)…

Pero que el pintor llegue a laburar a casa y arroje un “No estará llorando porque lo tenés muy sentadito?”
NO WAY: “Calláte y seguí lijando”

miércoles, 9 de enero de 2008

"Back to life...

... back to reality"

En algún momento íbamos a tener que salir de la burbuja. Desde que Juan nació (incluso unos días antes), ambas estábamos de licencia y la vida era bella. No se compraron diarios, no se prendió la tele, y la conexión a Internet fue muy escasa.
La panacea de ser 2 mamás le permitía a Juan estar siempre bien atendido y, a nosotras, cubrimos cuando la otra estaba por derrapar. No se si debería hablar en tiempo presente o en pasado, porque esta semana Oruga volvió a trabajar y la estructura tiene que reacomodarse. Voy a tener que aprender a cambiar pañales, ya que hasta ahora yo solo me encargaba del feed, y Oruga del back.
La vida sigue siendo bella, si. No tenemos huellas en la cara de tener un gurrumín de casi dos meses en casa. Juan es un bebé súper tranquilo que, desde las 3 semanas de vida, duerme toda la noche. Solo que ahora tenemos que aprender a tipear con una sola mano.
A todos aquellos que pretendían asustarnos diciendo que nos preparemos, que no íbamos a dormir más, que no iba a haber tiempo ni para ir al baño, les mando un dedo mayor extendido, de todo corazón. Lo difícil no es tener un bebé en casa, sino tener que volver a trabajar.